jueves, 8 de noviembre de 2012

Courrier

Yo quiero leer todas las letras, las que son de aquí, las que son de allá. Las que yo te escribo, las que tú me escribes.
Yo quiero leer todas las letras y transformarlas en palabras, en frases, en gestos, en caricias.
Yo quiero leer todas las letras y dejar que me lean.

                                                          D.Della

jueves, 1 de noviembre de 2012

VIAJE


¿Será que te alejas? ¿Será que me voy y tú te quedas? ¿O eres tú el que se va y yo me quedo? ¿Cómo ha sido siempre? Como siempre ha sido. ¿Cómo es que hemos vivido el uno sin el otro tanto tiempo, tanta vida sin los dos. Me veo caminando y pienso que estoy huyendo sin querer huir, que me estoy alejando sin pensar si quiera que te esté dejando atrás. 
¡Cuántas palabras quisiera escribir! Quisiera decir mis silencios, mis lágrimas, quisiera…gritar. Gritar mis más profundos anhelos, esos que se quedan dentro de mí cuando te pienso.
Esta oscureciendo y me detengo. ¿Qué si volteo y no estás? ¿Qué si alzo los ojos y no estás? ¿Correrás a alcanzarme? ¿Correrás a gritarme con todas tus fuerzas que me quieres y hace tiempo y frío? La música se escucha cada vez más silenciosa, cada vez más en bruma, en neblina…los sentidos me abandonan y me dejan con una luz en el centro. Es la esperanza dicen,  a ella nadie la conoce, nadie la ha visto jamás pero todos hablan de ella, ha estado en boca de todos, pero es de nadie.  Soy de las que sueñan, de las letras que esperan a ser escritas, de las olas que buscan acariciar la delgada capa de arena, soy la risa y la lágrima que sabe a verdad. ¿Cuántos días más caminando en el desierto sin probar una gota? Cierro mis ojos, abro mis ojos, cierro mis ojos, abro mis ojos…es sólo un espejismo, ven.

                                                                                     D.Della

sábado, 23 de junio de 2012

YO QUISIERA

Yo quisiera reflejarme en tus ojos, escucharme en tus palabras, sentirme en tus manos.
Quisiera ser soñada en tus sueños y vivir en ti. Quisiera respirar me en tu aliento, que cuando el amanecer te alcanzara yo resucitara una vez más en tus pensamientos.
Quisiera ser tanto y tan poco, quisiera ser tú ya.
Quisiera que cuando lloviera, me viera en tu mirada, perderme en el infinito de tu alma, de tu hermosa alma, perderme tan profundo y tan intensamente que nadie más que tú me encontraras. Allá donde no se oye nada, donde crecen tus nubes y tus sueños, allí quisiera vivir.
Quisiera existir en tu vida, en tu amor, en tus ganas de ser mejor.
Quisiera que a pesar de la distancia estuviera cerca, tan cerca como un pensamiento, como imaginarme ahí, tan cerca como un parpadeo de un ciego que recupera la vista.
Anoche, cuando despierta soñaba, te escuchabas resbalando en mis mejillas.
Quisiera, tan profundamente, que te quiero.

                                                                                                D. Della





viernes, 1 de junio de 2012

UN DÍA SOLEADO



Yo te querría, te quisiera si.., es más, te quiero.
Sabíamos los dos, o sólo sabíamos que después de todas las cosas que habíamos no pensado ni pasado, era normal entre nosotros que no nos encontráramos, que simplemente pasáramos la vida uno frente al otro sin hablarnos, mirándonos frente a frente, engullendo las palabras, los sentimientos, los besos, el amor. Tu guardabas tus razones y yo guardaba mis preguntas, mirábamos el tiempo avanzar. Justo cuando pensábamos que habíamos terminado con ésto sonó la campana del tren, era hora de bajarse. Ahora que lo pienso, bien pudiéramos haber permanecido juntos y bajarnos hasta la siguiente estación. La señora a mi lado se habría bajado en ésta y tú hubieras saltado de tu asiento como uno que esta a punto de salvar una vida o cachar algo que se cayó, sólo para no sentarte junto a mí, sino para pararte y regalarle tu lugar y el de la señora a una embarazada y a su hijo. Si, así eres tú. Mientras más intentaba saber qué pasaba entre nuestras mentes, más descifraba tu indescifrable camaradería casi medieval, tan lejana que ni siquiera permitía a tus ojos tocar los míos. Te pensaba y me pensaba, nos pensaba, nos pensábamos quiero creer, ve tú a saber hasta dónde hubiera llegado de haber seguido pensando. Paso entonces junto a la señora que estaba sentada a mi lado y aprieto mi bolso con mi brazo, me escabullo entre los asientos que hacen del espacio entre ellos un pequeño, angosto, irresumible pasillo, espacio, vacío. Los asientos no se pueden tocar, ellos no se tocan, aunque quieran, aunque piensen tocar sus coderas una y otra vez no pueden, no quieren, o si quieren, no pueden, aunque pudieran. Entonces, siento que mis ojos se cierran casi perdiéndote de vista, lucho para abrirlos en contra del sol cegador y te veo caminando veloz, casi corro para ir a tu paso, no me esperas. Me dices una cosa que no entiendo, no logro comprender tus palabras, no las escucho bien, es como si estuvieras hablando en un túnel. Sigo caminando, te sigo. Te detienes de repente, volteas tu rostro a la derecha lentamente como recordando algo, entonces, la inercia súbita empuja tu cuerpo y lo fuerza a seguir tu cabeza, das un giro y quedas casi frente a mí, tus ojos y los míos están por encontrarse, tomas un respiro y me miras, después de tanto me miras. Yo inmóvil y nauseabunda me quedo sin palabras. Te acercas, un paso, otro, miras mi pelo y me miras a mí, casi no lo creo. Parpadeo, no, me es imposible parpadear, caminas hacia mí, ves mi rostro, sigo tu mirada, me es tan familiar, pasas a mi lado, te alejas, te veo la espalda, no querías decirme nada, olvidaste algo en el tren, desconocido. 
                                                                                                     D. Della

sábado, 26 de mayo de 2012

MI ALMOHADA


Viajo por nubes de besos, por aires fantásticos soplando en mi oído, por suaves caricias que soportan el peso de mis sueños.
En mi almohada.
Camino en mi mente y corro en mis pensamientos, y cuando el insomnio acaricia mis ojos te imagino, te imagino imaginándome, te imagino soñando me. Vamos a soñarnos, soñaremos  con los ojos cerrados y el corazón abierto, nos pondremos de acuerdo y nos soñaremos, a la cuenta de tres nos veremos frente a frente. Tres. Me ves y te veo, caminamos en un valle cubierto de nieve, la brisa es fría y nuestra respiración entrecortada, pequeñas bocanadas de aliento caliente que espiramos vueltas hielo. Nuestras manos heladas se sienten solas, vacías, tiemblan de abstención unas de las otras, nuestras piernas no se mueven aún cuando nosotros sentimos que flotamos. Miramos a nuestro alrededor y no hay algo, sólo hay nada, sólo estamos solos. El sol ha abandonado nuestra historia, nos encontramos bajo la oscuridad envolvente de la noche, de la noche desierta de un insomnio, de la noche vacía de tus brazos que no me han abrazado. Nos soñamos, nos encontramos, nos encontramos en sueños,  en sueños en mi almohada. 
                                                                                           D.Della

lunes, 21 de mayo de 2012

TE RECUERDO



De vez en cuando amaneces a mi lado, y me sonríes. Digo de vez en cuando porque al parecer tu lugar favorito es mi almohada por la noche, donde te empecinas a zigzaguear en mis mejillas cuando desciendes en forma de gotas. No te reprocho que te hayas ido, después de todo sabemos que la culpa no es del gato.
Dime, sueñas conmigo? 
Yo no sueño contigo, 
te viví y te vivo. 
Te vivo cuando camino por la calle en la que aquella noche caminamos sonrojados, te vivo cuando bailo abrazada a mí, te vivo cuando saludo a Don Lucio en la esquina, te vivo, y sí, si te sueño. 
Sueño que nos vemos, que caminamos, que nos detenemos uno frente a otro, otro frente a uno y nos reconocernos. Me miras y te sonrío, entonces reconozco tu lunar pequeño en el ventrículo izquierdo de tu corazón, ese que tienes justo antes de salir a la aorta. Reconozco tu cicatriz en los pulmones de cuando descubriste el inmenso y dañino placer del tabaco (menos mal que lo dejaste), reconozco tu marca de nacimiento en el lóbulo izquierdo del hígado, esa que no te gustaba que nadie te viera. Te reconozco y me reconoces, nadie más sabe de mi visión doble, de mi catarata que en picada desciende por mi alma haciendo un estruendo infinito de las aguas. Es extraño, siempre quise decirte tantas cosas y no te las dije, cosas como buenas tardes, cómo estas hoy? Dormiste bien? En cambio tú, nunca te guardaste nada, pulcro y burdo me abrazabas con tus letras, tus letras que enmarañadas salían de tu boca, de tu aliento, de tu inmenso mar de pensamientos, pensamientos que guardaste para mí. 
Lo ves, te recuerdo. 
                                                                           D. Della

domingo, 6 de mayo de 2012

ESTUDIO


Así como chiquito e insufrible se acerca el temor a perder lo que fue mío, vastamente siento secar mi pelo. Caen las gotas recorriendo mi cuello y se mezclan con las lágrimas que sin pedirme permiso se han exprimido de mis ojos. Siento, solo, siempre, cantar bajo las uñas ese anhelo de arañar tu rostro cuando me miras. Mitad verdad, mitad hombre, mitad sueño. Surjo, surges y resurges entre las cortinas de mi casa que tambaleante se mueve de un lado al otro al ritmo de la canción que escucho en mi mente. Bajo ando, repicando voy. Suerte la mía, que no te ha tenido para sí, no te ha tenido para no perderte.
Cabezas y vueltas corren por mi cama que deambula en mi insomnio, trayendo cenizas del amor pasado, esparciendo las caprichosamente por mis ojos, por mis sueños, por mi piel. Mon amour, qui êtes-vous? Tranquilo y sigiloso te mezclas en mis labios, saliva confusa, retraída, seca. Comes de la muerte, del espacio, a ti que siempre te han gustado las medusas y los infinitos rayos que iluminan la mitad de mi rostro mientras estamos aquí, acostados en el sillón, con nuestras almas medio desnudas, medio mudas, medio viendo, medio lloviendo. Cuándo podremos decir que somos nuestros? Será cuando suene a lo lejos alguna estación de radio que odiamos? O cuando nos toquen para servir nos el café? Ese café que poco le falta para ser sopa, y todo le sobra para ser té. Ruedo mi cuerpo y abrazo mi almohada, cierro mis ojos y te pienso, no estás. La verdad es que estoy dudando si alguna ves estuviste. Reflejo en notas de la luz de una vela.

D. Della